Si un hombre busca establecer su casa: elegirá hábilmente el sitio, revisará la calidad del suelo y pondrá los cimientos según la orientación de la salida y la puesta del sol; planificará toda clase de detalles que, en el futuro, le servirán y harán que su hogar sea estable, seguro y agradable. Para lograr este objetivo, seguramente él solicitará a diferentes personas que le aporten a su vez sus conocimientos y su trabajo.

Si una mujer busca confeccionarse un traje: elegirá la calidad de la tela, y un color que combine con su tez; elegirá una forma elegante y modesta, cortará la tela con cuidado y se armará de paciencia para lograr elaborar su obra maestra, y que esta perdure en el tiempo. El hilo y otros pequeños acabados quedarán fijados con delicadeza, pero también con firmeza. Además, ella no olvidará dejarse asesorar y guiar por personas más expertas que ella en este campo.

Estos dos ejemplos propuestos nos muestran la importancia del consejo, la precaución y la observación a la hora de cimentar una nueva edificación.

Lo mismo ocurre con la construcción de su hogar, y las siguientes tarjetas le servirán como guía para avanzar en esta delicada construcción en compañía de la Inmaculada, Reina de los hogares.

¡Ave María!

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