La lealtad del Caballero

La lealtad del Caballero

¿Qué es la obediencia?
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Hay diferentes formas de obedecer: se puede someter a alguien por la fuerza, o por razones puramente naturales: por ejemplo, para beneficiarse de ella, para conservar la tranquilidad, o incluso para imponer la propia voluntad. También se puede ser obediente sólo para tener paz. Todas estas diferentes actitudes nada tienen que ver con la donación a la Inmaculada.

La obediencia es, en sumo grado, un acto de amor del hijo hacia su madre, del siervo hacia el amo, de la criatura hacia el creador.

En otras palabras, se trata de obediencia sobrenatural. Una orden se cumple, no porque sea placentera, razonable, juiciosa o santa en sí misma, como la oración, por ejemplo, sino porque tal es la voluntad del superior y, por consiguiente, la voluntad de Dios. Sin esta intención sobrenatural, uno no es un instrumento en la mano de la Inmaculada; al contrario —lo digo sin rodeos—, es un instrumento en la mano de Satanás, aunque haya leído muchos libros sobre espiritualidad, recitado muchos rosarios y realizado muchas hazañas brillantes. (Carta al Padre Florian Koziura del 30 de mayo de 1931; CDM, pp. 119–120.)

Es por la obediencia sobrenatural que se demuestra verdaderamente el amor a Dios.
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Pues el amor a Dios consiste en un acto de la voluntad que se conforma a Su voluntad y se somete a ella, como lo hizo la Inmaculada. En efecto, si la Santísima Virgen agradó tanto a Dios es porque nunca fue infiel a la voluntad de Dios, hasta en el más mínimo detalle. En esta obediencia perfecta consiste la vida de la M. I., la Caballería de la Inmaculada puesta en práctica. (Carta al hermano X del 18.04.34; BMK, p. 267.)

El padre Maximiliano concede gran importancia a esta obediencia fiel, gozosa y pronta a la voluntad de Dios, expresada a través de la voz de sus instrumentos y de la autoridad humana a la que nos somete; lo demuestra no sólo la frecuencia con que habla de ello, sino también su propio ejemplo: evocaba a menudo aquel momento memorable en que, siendo un joven novicio, fue elegido para continuar sus estudios en Roma. Primero respondió a su superior que no podía hacerlo debido a su mala salud. Pero más tarde, después de una cuidadosa consideración, volvió a su superior y le pidió que decidiera como él quería, independientemente de las razones que había dado.

¿Y qué hubiera pasado si el Padre Maestro hubiera hecho caso a mis argumentos? ¿Habría nacido la M.I.? ¿Existiría Niepokalanów hoy? ¿Estaríamos todos aquí? Entonces, puedes ver cuán importante es la obediencia a Dios. (Conferencia sobre Obediencia, “Zagroda Niepokalanej” 1 (1932), p. 64.)

Pero no vayamos a imaginar que la obediencia consiste en una suerte de pereza intelectual, o en el cumplimiento de los deberes sin hacer uso de la voluntad o de la reflexión.


PARA SABER MÁS SOBRE LAS ARMAS DE LOS CABALLEROS

Las armas de los Caballeros SPAN (6 × 2 po)


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