El llamado de la Inmaculada

El llamado de la Inmaculada

El llamado de la Inmaculada

Nuestra Señora de Fátima dice que los tiempos modernos son “tiempos de la decisiva batalla”. Al ofrecerse su Corazón Inmaculado como “nuestro refugio”, se ofrece como medio contra la tentación de suprimir la fe. Sin este socorro la humanidad quedaría completamente debilitada contra las “olas diabólicas que barren al mundo”.
En varias revelaciones (como por ejemplo en La Salette) y en los escritos de los Santos (por ejemplo San Luis María Grignion de Monfort) María se presenta como el medio celestial contra la crisis actual: Formaré un pequeño ejército de fieles, “los apóstoles de Jesús y María”, el cual con mi socorro obtendrá la victoria.
Este objetivo tenía San Maximiliano cuando en 1917 fundó la Milicia de la Inmaculada – la Militia Immaculatæ (MI).

La visión y doctrina de San Maximiliano Kolbe

Impulsado por la salvación de las almas, San Maximiliano luchó activamente contra los enemigos de la Iglesia católica. Sabía que Dios había anunciado que solo una persona aplastaría la cabeza de Satanás, y que lo derrotaría. Dios prometió que solamente una mujer vencería a todas las herejías del mundo. Solo la Santísima Virgen María llevaría con éxito esta empresa hacia la segura victoria.

Los estatutos de la MI detallan la naturaleza de esta batalla en su primera frase: “Ella te aplastará la cabeza”. Esta batalla es el resultado de la singular e irrevocable enemistad entre el cielo y el infierno. De ahí que la Inmaculada conduzca esta batalla, y que sus caballeros y siervos se unan a la lucha. Por eso, San Maximiliano dio a su organización el nombre de Militia – ejército. Fue este espíritu de lucha y de apostolado que llevó, en la primera mitad del siglo XX, a millones de personas del mundo entero a unirse a la MI bajo el estandarte de la Inmaculada.

Relevancia de la MI en la actualidad

El fundador de la MI no tenía ninguna duda de que los errores y las falsas religiones son un veneno mortal para las almas, pues si los hombres fingen un falso objetivo de vida, la razón se deforma y se alejan de la fuente de la gracia.
Deben resplandecer en los caballeros que se consagran a la Inmaculada, el espíritu de la Inmaculada y utilizar todos los medios posibles para convertir a los pecadores.
Un ejército bajo el estandarte de la Inmaculada para la verdadera fe, la Iglesia católica y la salvación de las almas es hoy en día más indispensable que cuando se fundó la MI, hace unos 100 años. La herencia de San Maximiliano, la MI, –la cual después del Concilio sería igualmente reformada– fue lanzada nuevamente en el año 2000 por la Fraternidad San Pío X, conservando su espíritu original.

El carácter específico de la consagración a la Inmaculada

¿Será útil hacer otra consagración mariana, si ya se hizo, por ejemplo, la consagración de esclavitud de San Luis María?
Concerniente a la esclavitud mariana, hay que decir que se trata de una renovación de las promesas bautismales y de la relación personal entre el alma y María. Es la consagración del siervo a su señora y madre. La santificación personal está en primer lugar. Esta consagración constituye sin duda la base de la espiritualidad mariana.
La consagración a la Inmaculada de San Maximiliano podría considerarse como una renovación de las promesas de la Confirmación. El futuro caballero se consagra como instrumento de su Reina. El objetivo de esta consagración es el triunfo de María sobre la serpiente y todas las herejías. El caballero funda en ello todas sus fuerzas, de manera que su Reina sea soberana, en la medida de lo posible, de todas las almas, especialmente de las “almas caidas y acechadas”. El fin último es la “difusión del dulce reino del Sagrado Corazón”; pues, donde tú entras, obtienes la gracia de la conversión y de la santidad; el Sagrado Corazón de Jesús nos alcanza todas las gracias por medio de tus manos” (fórmula de consagración).

Recomendación del superior general de la Fraternidad San Pío X

En febrero de 2002 el superior general de la Fraternidad decía en una carta dirigida a los miembros de la Fraternidad: “Los invito a adoptar y a difundir esta maravillosa y apostólica iniciativa. Vemos por la piadosa consagración requerida en esta obra, una absoluta concordancia con Fátima y con lo que nos exige nuestros Estatutos en relación a la Santísima Virgen María.”

¿Se siente usted también impulsado por este llamado de la Inmaculada?

Por favor, considérelo ante Dios y la Inmaculada, si usted también no desearía consagrarse a la Inmaculada y al combate a título de caballero de la MI y bajo el estandarte de la Inmaculada. Claro está que se trata de un combate puramente espiritual, del cual el apóstol San Pablo decía: “Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis resistir a las insidias del diablo, que no es nuestra lucha contra la sangre y la carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires” (Ef 6,11-12). La participación a la MI está igualmente abierta tanto a hombres como a mujeres.

Las personas interesadas pueden dirigirse al sacerdote en donde concurren a misa, o pueden comunicarse con nosotros (haga clic en contacto) (ver también Admisión a la MI)

Si considera también la posibilidad de fundar un grupo de la MI en unión con otras personas (MI 2), nosotros lo apoyaremos con mucho gusto.

Mary serpentMaria vence al dragón – con la cruz

Erstes Heft kolbe

Edición original de la revista “El caballero de la Inmaculada” de San Maximiliano Kolbe

Weg
El camino angosto y el camino ancho

La vida en esta tierra es totalmente distinta a lo que la mayoría se imagina. No se trata de una caminata agradable o aburrida por el mundo; se trata de Dios o del demonio!

El destino de un alma, al igual que el de un país, se decide normalmente en sus fronteras.
Debemos construir en las fronteras sólidas defensas. Debemos vigilar atentamente nuestros
sentidos, que son los portales del alma. Debemos apostar puestos de vigía por todas partes,
puestos de oración. No debemos aventurarnos en terreno enemigo más allá de lo que exige la prudencia.
¡Evitar las ocasiones en todos las zonas; ninguna concesión, ningún compromiso! Con la serpiente no se juega! Es la táctica de la Madre de Dios. Ella debe servirnos de ejemplo, tanto en la vida privada como en la política. La mínima concesión o imprudencia en la frontera, decide a menudo el desenlace de la guerra.”La que aplasta la cabeza de la serpiente”con el Niño Jesús, debe despertar en nosotros el espíritu de ofensiva católico. Debemos echar al demonio de la zona ocupada. (Prelado Roberto Mäder – + 1945)

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