El escapulario

El escapulario

El escapulario- manto protector de María

“La Santísima Virgen promete la vida eterna a los que llevan el escapulario.
Es la más importante de las gracias” (Papa Pío XII).

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Nuestra Señora del Carmen – Saluzzo, Italia

Origen del escapulario del Carmen

El 16 de julio de 1251 la Santísima Virgen María se apareció a San Simón Stock, General de la Orden de los Carmelitas, con un escapulario en la mano, diciéndole:

” Toma, mi amado hijo, este escapulario. Los que mueran revestidos con él no sufrirán el fuego eterno. Es un signo de salvación, una protección en los peligros y una prenda de paz”.

La Orden del Carmen nació en el siglo XII en el Monte Carmelo, Tierra Santa. Según la tradición, María habría ido a este Monte en peregrinación con el Niño Jesús. Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento tiene este monte del Mediterráneo una referencia a María Santísima. Cuando después de tres años de sequía el profeta Elías imploraba del cielo la lluvia, se elevó sobre el mar una nubecilla, que crecía cada vez más y que finalmente trajo la ansiada lluvia.
Elías vio en este suceso un signo de la Virgen prometida, de la cual nacería el Redentor. Desde ese momento hubo en el monte ermitaños que rezaban por el advenimiento del Redentor. Es por esto que la Orden del Carmen estuvo siempre bajo la protección especial de María.

Promesas del escapulario

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El profeta Elías ve en la ansiada nube la llegada del Mesías a través de la Santísima Virgen María.

Estas son las promesas del escapulario, si lo llevamos con fidelidad:

María nos protege en los peligros
Maria nos promete la salvación
María nos ayudará en el purgatorio

La Iglesia católica ha reconocido este regalo de María y lo elevó al rango de sacramental para todos los fieles. El cielo lo ha confirmado repetidas veces a través de milagros de conversión y de protección en grandes necesidades de cuerpo y alma. El escapulario es un signo de nuestra pertenencia y de nuestro amor hacia nuestra Madre celestial. Debemos creer firmemente que a través del escapulario obtendremos de Ella la gracia de la conversión o de la perseverancia final, abriéndosenos así las estrechas puertas del cielo. Sería empero temerario llevar el vestido de Maria sin el buen propósito de imitarla en la observancia de los mandamientos de Dios y de la práctica de las virtudes.

El privilegio sabatino

En 1317 la Santísima Virgen María se apareció al Papa Juan XXII y le prometió que consolaría y libraría rápidamente del purgatorio, especialmente los sábados, a todos aquéllos que llevaran el escapulario. También este privilegio de nuestra Madre celestial fue confirmado repetidas veces por los Papas hasta nuestros días.

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María entrega el escapulario a San Simón Stock el 16 de julio de 1251.

Condiciones

El escapulario consta de dos partes cuadrangulares de lana marrón unidas por dos cintas de tal manera que pueda colgar sobre pecho y espalda. La primera imposición debe llevarla a cabo un sacerdote siguiendo las oraciones del Ritual Romano. Con esta ceremonia se ingresa en la Cofradía del Escapulario y se participa de los méritos de la Orden del Carmen. Una vez gastado el primer escapulario, uno mismo puede imponerse uno nuevo; la bendición pasa de uno a otro.

Además de llevar el escapulario, se requieren las siguientes condiciones para obtener el privilegio sabatino:

  1. La observancia de la castidad propia del estado.
  2. El rezo diario del Oficio Parvo de María o la abstinencia de carne los miércoles y los sábados. Todo sacerdote puede cambiar esta condición por alguna otra obra buena (por ejemplo el rezo diario del Rosario), si para ello existe una legítima razón. Incluso los no-católicos pueden recibir el escapulario, pero no pueden ser admitidos en la Cofradía mediante la ceremonia de la imposición, y no gozan, por lo tanto, de las promesas. Debemos confiar en que la Virgen Santísima les obtendrá la gracia de la conversión ya que se han puesto bajo su manto protector. Algunos ejemplos lo confirman. En caso de necesidad todo fiel puede colocarse o colocar a otro un escapulario bendecido, acompañando este gesto con una oración a María.

La medalla-escapulario

A pedido de los misioneros y en atención al clima de los países de misión o para los que, por razones fundadas, no pueden llevar el escapulario de tela, el Papa Pío X permitió reemplazar el escapulario luego de la primera imposición, por una medalla bendita. Sin embargo, en el mismo decreto desea expresamente que se prefiera el escapulario de tela y más tarde dijo: “Yo llevo el escapulario de tela. No dejemos que nos lo quiten”. Esto lo confirmó nuevamente el Papa Benedicto XV cuando concedió una indulgencia de 500 días por besar el escapulario.

Fátima y el escapulario

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Sírvase también usted de esta gracia de María y déjese imponer el escapulario con las oraciones del Ritual Romano.

El 13 de octubre de 1917, durante la última aparición en Fátima, la Virgen Santísima se mostró bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, con el escapulario en la mano. Sor Lucía, una de los tres niños videntes, diría más tarde:

“¡María desea que todos los fieles lleven el escapulario!”

El Papa Pío XII explicaba este deseo de la siguiente manera: “Los devotos del escapulario deben ver en esta prenda la expresión de su consagración al Inmaculado Corazón de María tal como la hemos vivamente recomendado.”

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