Medalla Milagrosa

Medalla Milagrosa

LA MEDALLA MILAGROSA – un signo de amor

"Todos los que lleven consigo esta medalla recibirán grandes gracias. Las gracias serán sobreabundantes para aquéllos que la lleven con confianza."

Un signo de amor

La Medalla Milagrosa es un sacramental aprobado por la Iglesia católica, o sea un signo exterior que produce un efecto interior.Los sacramentales no son eficaces por sí mismos, sino que obtienen su eficacia por la intercesión de la Iglesia y por el piadoso uso que de ellos hacen los fieles. Es por ello que la medalla antes de ser usada, es bendecida por un sacerdote el cual hace bajar del cielo la bendición de Dios sobre la misma.

La medalla es un signo del amor que nuestra Madre celestial tiene por sus hijos. La medalla se convierte a su vez en signo de nuestro amor hacia María, si la llevamos como hijos confiados en la protección y en la bendición que Ella nos procura a través de la medalla.

Origen de la medalla

El 27 de noviembre de 1830 la Virgen María se apareció a la novicia Catalina Labouré en la Casa Madre de las Vicentinas en París. La Virgen tenía en sus manos un globo terráqueo y bajo sus pies se enroscaba una serpiente. Este hecho hace referencia al pasaje del primer libro de la Biblia, el Génesis (3,15), en donde Dios dice a la serpiente infernal: "pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la suya; ella te aplastará la cabeza"

Nuestra Señora llevaba en sus dedos magníficos anillos cuyas piedas preciosas despedían rayos de luz que envolvían la silueta de la Virgen. María le explicó entonces: "los rayos son el símbolo de las gracias que derramo sobre aquellos que me las pidan".

Luego se formó alrededor de la Virgen un óvalo en el que apareció escrita en letras de oro la invocación: "Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos"

Al mismo tiempo la Hermana oyó una voz que le decía: "Haz acuñar una medalla según este modelo. Todas las personas que la lleven recibirán grandes gracias, sobre todo las que la lleven al cuello. Las gracias serán sobreabundantes para aquellas que la lleven con confianza."

Luego la Hermana vio el reverso de la medalla: una M (símbolo de María) sobre la que se apoyaba una cruz. Debajo, los corazones de Jesús y de María. Todo el conjunto se hallaba circundado por doce estrellas (cf. Apoc. 12)

En una aparición ulterior la Virgen reiteraría el pedido de hacer acuñar la medalla.

Sor Catalina vivió en el mismo convento hasta su muerte acaecida en 1876, en el cual servía a los pobres y enfermos. Aún hoy se puede ver allí su cuerpo incorrupto. La Iglesia la canonizó en 1947. La humildad fue su distintivo particular, así como un filial amor hacia María. Durante su vida no habló nunca a nadie de las apariciones, a excepción de su superiora.

La "milagrosa"

La medalla conquistó rápidamente los corazones de los fieles y el pueblo le otorgó el apela-tivo de "milagrosa" en razón de los muchos milagros que se obraban a través de ella. Las innumerables conversiones y curaciones contribuyeron poderosamente a su difusión.

Al momento de la muerte de Santa Catalina ya se habían acuñado un millar de medallas. María mantuvo su promesa: innumerables son las gracias que ha otorgado a través de la medalla de su Inmaculada Concepción: conversiones de pecadores, maravillosas curaciones de enfermedades de todo tipo, ayuda en grandes necesidades y tribulaciones, socorro en peligro de muerte, etc. La medalla milagrosa es un regalo del Corazón maternal de María.

Así se manifiesta en el mundo entero el amor y el poder de Su Corazón inmaculado, para la salvación de muchos.
Escuche usted también las palabras de Nuestra Señora! Lleve la medalla con respeto y confianza y difúndala donde le sea posible.
Rece con frecuencia la invocación de la medalla:
"Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos".

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CatherineLabour1

d 1 merci

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