Unos días después de haber aceptado llevar la Medalla Milagrosa, el ateo Alfonso Ratisbone se convirtió a la fe católica.
Su historia impulsó a San Maximiliano a establecer como condición para ser miembro de la Militia Immaculatae el llevar la Medalla Milagrosa.
“Distribuid su Medalla Milagrosa donde sea posible. A los niños, para que la lleven siempre colgada de sus cuellos, a los ancianos, a los jóvenes en particular, de manera que, estando bajo su protección, tengan suficiente fortaleza para resistir tantas tentaciones y trampas que les esperan en nuestros tiempos.
Y a aquellos que no visitan la iglesia, que tienen miedo de ir a confesarse, que se burlan de las prácticas religiosas, que se ríen de las verdades de la fe, que están atrapados en el fango moral o apartados de la Iglesia por la herejía, es absolutamente necesario ofrecerles la medalla Milagrosa y pedirles que la lleven, y entretanto rogar a la Inmaculada por su conversión.
Muchos encuentran el camino incluso cuando no quieren en absoluto aceptar la Medalla Milagrosa. Simplemente se la cose en secreto dentro de su ropa y se reza, y María Inmaculada demostrará tarde o temprano lo que puede realizar. Así, la Medalla Milagrosa es una bala de los Caballeros de la Inmaculada.”
Pedidos: Kolbe Publications
