«Hay generalmente dos medios de acción: la acción individual, aquella de cada uno en particular; y la acción social, que realizamos en común. En la acción individual, sucede que el individuo hace muchas cosas gracias a los talentos que Dios le ha dado y a un amor ardiente y confiado que se expresa en la oración, pero siempre hay casos en los que no podemos triunfar solos. Lo que Jesús dijo sobre la oración se verifica para la acción: a veces es más fecundo actuar en común que actuar solo». Manuscrito M. I.; CDM, pág. 183.
Bajo esta forma, la M. I. entra en el ámbito de la vida pública, tomando la forma de una sociedad, una asociación, una obra piadosa, con un comité de dirección, estatutos, así como objetivos y medios definidos con precisión.
El padre Maximiliano deseaba que los grupos de la M. I. 2 se organizaran según el territorio, las personas afiliadas y los medios empleados para realizar el gran ideal de la Militia Immaculatae. Desde el punto de vista geográfico, preveía una organización mundial, organizaciones nacionales, y finalmente organizaciones vinculadas a ciertos territorios (por ejemplo, diócesis, parroquia o pueblo).
En cuanto a las personas, era necesario fundar grupos diferenciados para niños, jóvenes, padres y madres, ancianos… con estatutos especiales adaptados a cada estado.
Como medio de acción, pensó en los grupos de oración, grupos que reunieran a personas que sufrían, pero también grupos que reunieran a personas que ejercen la misma profesión: así, deseaba una M. I. 2 de escritores, una de abogados, una de artistas, otra de comerciantes, etc.
Estos grupos, compuestos la mayoría de las veces por laicos, debían llevar el ideal de la M. I. en todas las áreas de la vida pública, en todos los círculos y en todas las instituciones.
Hoy la M. I. 2 está presente en varios países:
- M.I. 2 – Rusia (internacional)
- M.I. 2 – Polonia (3 grupos o más de M. I. 2)
- M.I. 2 – Filipinas
- M.I. 2 – India
- M.I. 2 – Bélgica