La humanidad, e incluso los católicos, integrando en esta palabra a la jerarquía de la Iglesia, a menudo responde a las solicitudes del Cielo solo cuando es sacudida por alguna prueba. La historia de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María pedida en Fátima es un perfecto ejemplo de esto. Este es el texto del anuncio de la consagración que el Papa realizará dentro de 10 días.
La consagración de Rusia fue solicitada por la Santísima Virgen en Fátima durante la aparición del 13 de julio de 1917. La solicitud iba acompañada de una amenaza, o advertencia, que predecía que, si no se realizaba dicha consagración, Rusia esparciría sus errores por todo el mundo, fomentando las guerras y la persecución de la Iglesia.
Nuestra Madre Celestial añadió que “los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán destruidas”.
Los diversos actos de consagración realizados por los Papas
Hubo varios actos de consagración en respuesta a esta petición durante el siglo XX. Por ejemplo, Pío XII, el 31 de octubre de 1942, consagró el mundo, la Iglesia y la humanidad al Inmaculado Corazón de María, y, el 7 de julio de 1952, consagró especialmente a este mismo Corazón a los pueblos de Rusia por la Carta Apostólica Sacro vergente anno:
“Así como hace unos años consagramos el mundo entero al Inmaculado Corazón de la Virgen Madre de Dios, hoy consagramos, de manera muy especial, todos los pueblos de Rusia a este mismo Inmaculado Corazón”.
El 21 de noviembre de 1964, Pablo VI renovó la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón en presencia de los Padres del Concilio Vaticano II. Algunos señalan que la petición no fue perfectamente cumplida por estos dos Papas, ya que, según Sor Lucía, todos los obispos debían asociarse a este acto.
El Papa Juan Pablo II compuso una oración para un “acto de consagración” del mundo que debía celebrarse en la Basílica de Santa María la Mayor el 7 de junio de 1981, fiesta de Pentecostés. Pero el 14 de mayo, fue víctima de un atentado en la plaza de San Pedro, perpetrado por el turco Ali Agça. Finalmente, llevó a cabo este acto el 13 de mayo de 1982, acto que fue renovado en 1983.
El 25 de marzo de 1984, en la Plaza de San Pedro, en unión espiritual con los obispos de todo el mundo, previamente informados, el Papa Juan Pablo II renovó el acto que había realizado en solitario el año anterior. Pero en todos estos casos, el Papa no mencionó a Rusia.
Finalmente, la última consagración del mundo la hizo el Papa Francisco el 13 de octubre de 2013.
Por tanto, en la fiesta de la Anunciación, se consagrará específicamente Rusia y Ucrania. Este acto ciertamente tiene una gran fuerza simbólica, y esperamos que el Inmaculado Corazón de María escuche la oración de sus hijos para poner fin a la guerra. Pero, sobre todo, que nuestra Madre Celestial detenga la propagación de los errores dentro de la Iglesia, que es mucho más urgente.
FSSPX