El Rosario nos lleva a las profundidades del Misterio de la Santísima Virgen

El Rosario nos lleva a las profundidades del Misterio de la Santísima Virgen

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En los misterios gozosos descubrimos a Dios Padre como la fuente y el manantial de todo lo bueno, especialmente del bien superior, nuestra propia salvación. ¡El envía a su Hijo a la tierra! Dios Hijo es la revelación de Dios en el mundo, el Sol espiritual que dispersa la oscuridad con su Nacimiento; y como Niño alumbra a los doctores de la Ley en el templo. Dios el Espíritu Santo realiza el misterio de la Encarnación y por medio de sus inspiraciones lleva la gracia de Dios al mundo. Está presente en la Visitación de Nuestra Señora y en la santificación de San Juan Bautista en el vientre de su madre Elisabeth, y luego durante la Presentación del Niño Jesús en el templo cuando ilumina y santifica a Simeón y a Ana la profetisa.En los misterios dolorosos meditamos los actos especiales de la misericordia infinita de Nuestro Señor. ¡Que gesto tremendo de misericordia de su Corazon en la manera en que El acepta todos horrores del pecado, de modo que pueda pagar el terrible precio del mal y destruirlo con el sacrificio de Su propia vida! Igualmente vemos la misericordia del Padre que manda al Angel de la Agonía para fortalecer a Su Hijo, para que Cristo pueda ir el camino del amor misericordioso hasta el mero final. La flagelación y coronación con espinas es la Misericordia de Dios en acción: aquí y ahora es destruída la oscuridad por medio del pago con Su Preciosísima Sangre, Su Cuerpo desfigurado y Su Cabeza traspasada con espinas. El Hijo de Dios atrae a sí mismo la mayor opresión posible para liberar a los pecadores de la esclavitud del pecado. Y, ¿es que no podemos comprender el cargar de la Cruz y la muerte de Cristo como una participación especial del Espíritu Santo en esta obra de misericordia de Dios? La fortaleza de Cristo para cada vez levantarse de sus tres tortuosas caídas; la ayuda y el consuelo que acepta de Simón el Cireneo y de Verónica; la presencia de la Madre Dolorosa misma en el camino del Calvario – en el fondo de esto el Espíritu Santo se revela discretamente, trayendo la obra de redención a su última totalidad. En el Calvario se encuentran todas las Personas Divinas: El Padre que sacrifica hasta el final todo lo que el posee – ¡Su Hijo! El Hijo, que ama “hasta el final” mediante ¡todo sufrimiento posible! El Espíritu Santo que ahora mora en el Corazón Inmaculado de María al pie de la Cruz, la llama del amor eterno de Dios en su Corazón ¡quemándose e irradiando en Su compasión y su infinito dolor!

En los misterios gloriosos el amor infinito aparece en el triunfo y la eficacia perenne de toda la obra de salvación. Primero asistimos al triunfo del Amor de Dios en el milagro de la Resurrección, en la última y eterna revelación de la gloria de Dios, de su santidad y su majestad. La Ascención es el retorno triunfante de Cristo al Cielo junto con todos los miembros de Su Cuerpo Místico. Por el Espíritu Santo toda la creacion entra en la paz eterna y en la felicidad sin fin. Y los últimos dos misterios gloriosos nos muestran esta felicidad en su más prefecta realización, cuando por medio de la Inmaculada, toda la creación comienza su retorno a Dios. La Coronación de María es ambas cosas, la revelación definitiva de todo el amor de Dios, que la colma de sí mismo más que todos los ángeles y santos del Cielo, y la última victoria y culminación de todo el órden creado, cuando “¡Dios será todo en todo!”

OCTUBRE 26, 2019
ORIGEN: FSSPX.NEWS
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