La Madre de Dios mereció verdaderamente nuestra salvación, como enseña el Papa San Pío X, y sus sufrimientos participaron a la satisfacción de nuestros pecados, como lo demostraron los dos últimos artículos. Continuando con la comparación con la Pasión de Cristo, la siguiente cuestión examina si la compasión de María fue un verdadero sacrificio.
“María, movida de inmenso amor hacia nosotros, para acogernos como hijos, ofreció voluntariamente su Hijo a la justicia divina, muriendo en su corazón con Él, traspasada por una espada de dolor”.
San Pío X, en su encíclica Ad diem illum por el 50 aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, escribe:
“A todo esto hay que añadir, en alabanza de la Santísima Madre de Dios, no solamente el haber proporcionado, al Dios Unigénito que iba a nacer con miembros humanos, la materia de su carne, con la que se lograría una víctima admirable para la salvación de los hombres; sino también el papel de custodiar y alimentar esa víctima e incluso, en el momento oportuno, colocarla en el altar”.
¿Qué debe contener un sacrificio?
- Una persona que ofrece – y más precisamente que inmola a la víctima.
- Una cosa ofrecida – aquello que es inmolado.
- La persona a quien se ofrece el sacrificio.
- La finalidad de esta ofrenda, su razón de ser.
Es posible decir de la Santísima Virgen que ella es causa de nuestra salvación por modo de sacrificio si se pone del lado de la víctima o del lado del sacerdote, es decir, si participa de alguna manera en el papel de uno o del otro en el sacrificio de la Cruz que causa nuestra salvación.
El papel de la Madre de Dios en el sacrificio de Cristo
– ¿La Madre de Dios es víctima en el sacrificio de la Cruz?
* En cuanto al sacrificio externo como tal, se debe afirmar que Cristo es la única víctima.
* En cuanto al sacrificio en sentido amplio e interno, es decir, las disposiciones virtuosas expresadas por el acto del sacrificio, quien tiene estas disposiciones es de alguna manera víctima. Este es el caso de Nuestra Señora. Además, ella tiene su “propia cruz” que es haber entregado a Cristo al sufrimiento siendo su Madre.
– ¿Ofreció la Madre de Dios el sacrificio de la Cruz?
* El sacerdote en el Calvario es solamente Jesucristo: es Él quien se inmola, porque es Él quien da su vida. Este no es el caso de Nuestra Señora.
* Los que participan en la oblación de la víctima participan en el sacrificio junto al sacerdote; este es el caso de la Virgen, que preparó la materia del sacrificio. Ella tiene la singularidad de que la materia del sacrificio es también su propia materia, es decir, su Hijo, y que ella hizo posible el sacrificio por el Fiat.
* Los que se unen al sacrificio por la intención participan de alguna manera en el sacerdocio: este es, más que ningún otro, el caso de Nuestra Señora. Esta intención es cualitativamente superior a la de cualquier bautizado, porque la Madre de Dios tiene, por derecho, la preocupación de que todos los hombres sean redimidos, en cuanto son miembros potenciales de su Hijo.
Tanto por su intención, como por su maternidad, la Virgen se une de manera sacrificial a la Pasión de su divino Hijo, de manera muy particular y única, por su compasión que es un sacrificio.