Nuestra Señora es Virgen, con una virginidad que conservó toda su vida: antes, durante y después del nacimiento de su Divino Hijo. Los Padres de la Iglesia se preguntan si María hizo voto de virginidad. Santo Tomás de Aquino resume la Tradición sobre este tema.
Debido a que la Virgen María estaba desposada con San José, compromiso que entre los judíos equivale casi al matrimonio, esta pregunta denota el hecho de la virginidad con la intención de conservarla en el espíritu de consagración a Dios.
Así lo entiende San Agustín: “Al anuncio hecho por el Ángel, María responde: ‘¿Cómo será eso, pues no conozco varón?’. Lo cual ciertamente no habría dicho si no hubiera consagrado previamente su virginidad a Dios” De sancta virginitate, 4 (citado por Santo Tomás). Muchos Padres siguieron a San Agustín en esto.
La hermosa explicación del Doctor Común, Santo Tomás
Al exponer la conveniencia de este voto, Santo Tomás plantea el principio de atribución de privilegios: cabe suponer lo más perfecto en la Santísima Virgen. Ahora bien, la virginidad consagrada por voto es más perfecta que la virginidad no consagrada. Así que ella hizo este voto.
El Doctor Angélico explica en otra parte que “lo que se hace por voto es más perfecto. Pero la principal utilidad del voto es reafirmar la voluntad en el bien”. Dice también que a una “voluntad ya santificada, como la de Nuestra Señora, que gozaba de perfecta virtud, no le es útil hacer muchos votos”.
Surge entonces la pregunta: “¿Por qué hacer voto de virginidad, cuando bastaba con practicar la castidad perfecta?” La respuesta es muy bella y clara: “porque el voto fija en un estado de vida”, de manera que, en el acto de tal voto, se pueda hacer el don de toda la vida.
El Doctor Angélico precisa, además: “Si lo comparamos con otros votos de religión, el de obediencia se reemplaza suficientemente por el compromiso del matrimonio, bajo la autoridad de San José, y el de pobreza no es prudente para una madre de familia”.
Sin embargo, Santo Tomás señala que las costumbres de la época no habrían permitido que una mujer no se casara, porque todos los miembros del pueblo elegido debían participar en su propagación. También considera con ciertos Padres que la Virgen fue primeramente desposada con José, y que luego, de común acuerdo, ambos habrían hecho voto de virginidad.
Pero también es posible, según otros autores, que el acuerdo entre José y María tuviera lugar antes del compromiso, y que hicieran el voto antes de casarse.
El cardenal Cayetano, gran comentarista de Santo Tomás, agrega: “¿No es natural pensar que este santo esposo, al permitir que su esposa hiciera voto de virginidad, al mismo tiempo que contraería matrimonio, hiciera él también este mismo voto?
“En vista sobre todo de la providencia divina, que inspiró esta resolución, por así decirlo, en José, para que la Virgen de las vírgenes tuviera por compañero y guardián a un esposo también virgen. Además, María no habría sido ‘llena de gracia’ si esta gracia, que ella debía desear sobre todo en su rectitud fundamental, hubiera faltado en su esposo.”
Por tanto, la Virgen María es, según la sentencia común, la primera en hacer voto de virginidad, según el tiempo y según la perfección del acto.
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