Invitado por los superiores para presentar la Militia Immaculatae, el Padre Stehlin primero pasó a visitar el Priorato de Bogotá, donde encontró sacerdotes fervientes para promover el honor a Nuestra Señora.
Días antes, el Prior, el Padre Jiménez, había pedido a los fieles de todo el mundo a rezar 1’000.000 de rosarios el 8 de diciembre por la salvación de la fe Católica y el orden público en este país anteriormente tan católico. También, el primer punto de esta visita fue una pequeña peregrinación a un hermoso santuario llamado Monserrate, situado en una colina (aproximadamente a 3.500 m de altitud), del que uno puede ver toda la capital, cuyo nombre correcto es “Santa Fe de Bogotá”.
Durante su visita el Padre Stehlin tuvo la oportunidad de explicarles la esencia y utilidad de la M.I. a los sacerdotes y a los responsables de diferentes movimientos Marianos. En la noche se organizó una conferencia para los fieles: todo el mundo estaba asombrado al ver que el salón que se rentó estaba lleno a pesar de la hora (entre semana). Fue muy edificante observar como ellos siguieron las instrucciones con entusiasmo, a pesar del español débil del Padre. ¡Nuestra Señora debió haberse sonreído al trabajar con su escoba inútil, tocando corazones profundamente!
Los frutos no han faltado: desde ese momento algunos de los fieles están ayudando generosamente a traducir muchos volantes y otros documentos al español, y muy pronto la Militia Immaculatae se establecerá.